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De Cristina Kirchner y el escrutinio contra las mujeres

La visita a México de Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina, pasó desapercibida, pero es algo que debería de interesarnos a las mujeres.

De entre todas las presidencias progresistas que ha tenido América Latina, la que más me ha interesado, por obvias razones, es la de Cristina Fernández. Sí, porque es la única mujer. Y si bien todos los presidentes de esa camada han sido perseguidos mediática, política y judicialmente, lo cierto es que Cristina ha sido víctima, también, del machismo y la misoginia que permea en todos los espectros ideológicos. 

Cristina fue presidenta de Argentina dos veces. Ambas gestiones tienen resultados interesantes en cuanto a políticas sociales y económicas. Pese a todo, se le acusó de corrupta y su juicio se llevó a cabo justo cuando Argentina atravesaba un proceso electoral; no le pudieron probar nada y, sin embargo, sí que la ataron de manos durante las elecciones, siendo ella la dirigente del movimiento peronista… O más bien por eso, precisamente por eso.

Justamente por esas fechas, la quisieron asesinar. Durante su juicio, mucha gente se asentó afuera de su casa mostrando su apoyo cuando, una noche, le apuntaron a la cabeza y, de milagro, dicen, la pistola no disparó. En estos días, por cierto, se lleva a cabo el juicio contra los autores materiales del intento de asesinato, no contra los autores intelectuales, no, esos están bien protegidos.

Pese a todo, creo que el proceso más encarnizado al que se le ha sometido es el mediático, porque le publican fotos en donde la exponen con caras de “orgasmo” –literal así rezan los titulares–, critican su forma de hablar, su forma de vestir, critican su pelo, su rostro, su cuerpo y hasta su proceso natural de envejecimiento. Cristina ha pasado por la persecución política propia que se le hace a los presidentes de izquierda, pero además ha estado expuesta al escrutinio machista y misógino de la sociedad en la que vivimos. 

Es así que Cristina estuvo de visita en nuestro país la semana pasada y me pareció muy interesante que, justamente por el momento histórico que vive México, finalmente se considerase relevante invitarla a dar algunas charlas. Obviamente se reunió con Claudia Sheinbaum y, más tarde, en sus redes, publicaría: 

“[A Claudia] le deseo el mayor de los éxitos y mucha fuerza… como mujer y expresidenta, sé que la va a necesitar”.

No quiero hacer aquí una apología de Cristina Fernández de Kirchner. Lo que me interesa es reflexionar sobre el machismo y la misoginia que están presentes en la derecha, pero también en la izquierda. Bien dice el dicho: “macho de izquierda, macho se queda”, así que cuidado, más que nunca hay que autoobservarnos en cómo actuamos, qué decimos y para qué.

No creo que las mujeres debamos apoyar ciegamente a otras mujeres, personalmente he expresado mi desagrado por las políticas rapaces de, por ejemplo, Ursula von der Leyen o Christine Lagarde, pero algo que sí me parece fundamental es que no nos sumemos ni a las fake news ni mucho menos a las descalificaciones personales sobre el cuerpo o la imagen. Tengamos cuidado de dirigir nuestras críticas al trabajo y a los resultados. Sobre todo si somos mujeres. Creo que eso puede ser un feminismo asertivo y lo vamos a necesitar, porque México está por tener una mujer presidenta que sin duda será bombardeada por la peor misoginia y creo que las mujeres sí debemos tomar acción, así sea el silencio ante la duda, porque, no sé, siento que es nuestra revolución la que está en juego.

Pero esto es solo mi opinión personal y no es importante.

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Publicado enBlog