El fin de semana Trump dio inicio a la guerra arancelaria anunciando tarifas para todo el mundo básicamente. Y México, resiste.
Francamente no entiendo qué pretende Trump con las tarifas anunciadas el fin de semana, y de hecho no hay analista que lo entienda, ya que su propio país se verá afectado.
Para México y Canadá Trump anunció aranceles del 25%. Trudeau respondió el mismo día advirtiendo sobre las consecuencias de estas tarifas para los estadounidenses, pero hizo lo propio, y un 25% se impuso a ciertos productos gringos. Sheinbaum, por su parte, respondió hasta el siguiente día con un video que le valdría el respaldo de la gente y hasta aplausos en la Mañanera del lunes, y en donde habló sobre la importancia de defender siempre la dignidad y los intereses del pueblo mexicano; el plan, dijo, lo anunciaría al siguiente día.
Claro que el fin de semana las redes se llenaron de videos e imágenes invitando a boicotear marcas gringas, vimos mexicanos, pero también canadienses, invitando a consumir productos locales. Pero esto también lo vivimos en casa y escuchamos en las sobremesas: ¿cómo hacer frente a la guerra comercial que se nos viene encima? Y sí, la respuesta es empezar a consumir productos mexicanos.
Personalmente, por la comida, no me preocupé, somos un país rico en productos cárnicos, frutas, verduras y granos, tenemos todo lo que necesitamos para una nutrición sana; en todo caso, a todos nos conviene dejar de consumir Coca-Cola, McDonald’s, Starbucks y galletas Oreo. ¿Podemos dejar de consumir marcas gringas de ropa? Sí. ¿Podemos dejar de consumir marcas gringas de higiene personal y limpieza? También. ¿Podemos dejar de consumir tecnología gringa? A lo mejor no, pero para eso está Asia, esperando agazapada.
Así que, después de que me dolió la panza porque claro que una guerra comercial preocupa, pensé que hasta conviene a México romper el tratado comercial con Estados Unidos, nos permitiría, para empezar, dejar de importar su maíz transgénico, y abrir nuestro mercado a otras regiones del mundo.
Pese a todo, el lunes en la Mañanera Claudia Sheinbaum anunció que tuvo una larga charla con Trump y pausaron los aranceles por 1 mes, durante el que esperan trabajar juntos y fortalecer la seguridad en la frontera que es –según– la preocupación de Trump. Ya veremos qué pasa, lo cierto es que hemos experimentado un despertar: Estados Unidos no es un socio confiable y no debemos seguir comprando sus productos cuando hay industrias mexicanas que se pueden fortalecer con nuestro propio consumo.
En todo caso, consumir local –y de temporada– debe ser ya una exigencia. Querer comer fresas o aguacate todo el año, es insostenible; querer kiwis chinos o salmón de Alaska es carísimo, tenemos que empezar a consumir lo que nuestras tierras y nuestras aguas nos proveen. Con los años he aprendido a confiar en la sabiduría de la naturaleza, que nos da lo que el cuerpo necesita, por eso cosechamos, por ejemplo, cítricos en invierno, para consumir los nutrientes necesarios para la temporada fría. No necesitamos Gatorade de naranja o lima ni mucho menos medicamentos con Vitamina C y otros tantos químicos que buscan hacernos adictos.
Claro que esta reflexión no debe perderse en mis cuestiones yóguicas personales. Lo cierto es que una guerra arancelaria puede traer consecuencias difíciles para la economía global. Pero precisamente porque estamos entrando en una etapa delicada es que debemos tener los ojos muy abiertos.
En fin, hasta ahorita México resiste. El peso subió un poco el fin de semana, pero tan pronto se anunció la pausa de los aranceles volvió a bajar. Europa no tuvo la misma suerte: Trump también les impuso aranceles y el euro sí que se ha desplomado. La guerra arancelaria alcanzó hasta a los BRICS, para quienes la tarifa es del 100%, es decir, ya es absurdo. Por eso, si bien la guerra comercial causa dolor de panza, tampoco debemos entrar en pánico, la configuración actual del mundo muestra bloques económicos que parecen confiados de resistir, como los BRICS justamente; y también hay bloques identitarios y culturales que pueden dar la batalla, como Latinoamérica, exceptuando a los traidorzuelos.
Qué divertida, eso sí, me pegué revisando los medios, porque sacaron el cobre todos aquellos que celebraron la imposición de aranceles a México. Ya sabemos quién es quién. Ya sabíamos.
Pero bueno, esta es sólo mi opinión personal y no es importante.
Imagen: Adobe Express