¿Alguien realmente creyó que el viaje de Katy Perry al espacio era un logro del feminismo o un gran paso para la humanidad?
Lo que verdaderamente hay detrás del viaje de Katy Perry al espacio es una excelente campaña de marketing para Blue Origin, la empresa aeroespacial de Jeff Bezos, dueño de Amazon.
Hace algunos años que la carrera espacial dejó de ser entre naciones y se ha convertido en una competencia entre millonarios liderada por Elon Musk, Richard Branson y Jeff Bezos. Lo de hoy, son los viajes turísticos al espacio.
Junto a Katy Perry viajaron otras mujeres: por supuesto Lauren Sánchez, pareja de Bezos; la activista Amanda Nguyễn, la presentadora de televisión Gayle King, una excientífica de la NASA, Aisha Bowe; y la cineasta Kerianne Flynn.
Según Katy Perry, la misión tenía por objetivo concientizar sobre el cuidado del planeta, y después del vuelo también estuvo haciendo declaraciones de que esto es para el beneficio de la Tierra, para apreciarla, cuidarla y protegerla. Ajá… Un vuelo que duró sólo 11 minutos, no tuvo ningún objetivo científico y generó una huella ecológica importante que va desde las emisiones de CO2, al impacto que se tiene en zonas altas de la atmósfera, hasta todos los recursos previos que se requieren. Esta misión está muy lejos de crear conciencia ecológica, pues representa hasta 100 veces más –hay quienes afirman que 500 veces más– de emisiones per cápita que un vuelo transatlántico comercial.
Y, en todo caso, a lo mejor en vez de “misión” deberíamos empezar a llamarlo simplemente “viaje”. Porque eso es lo que hay detrás de las narrativas que quieren posicionar: un viaje al espacio para gente que lo pueda pagar.
Blue Origin no ha develado el costo de este vuelo, pero de acuerdo con Bloomberg, para reservar un viaje con Blue Origin se debe dejar un depósito de 150 mil dólares y de ahí el precio puede elevarse. Hay quienes aseguran que Katy Perry pagó 25 millones de dólares, sin embargo, no es un dato corroborado.
Otra de las narrativas que los medios quisieron posicionar, fue sobre el empoderamiento femenino: se habló del primer viaje al espacio tripulado sólo por mujeres y la misma Katy Perry declaró que este viaje abría “espacio” para las mujeres… y que si juntas… y que si no sé qué… Y lo que vimos fue a estas seis mujeres –entre ellas la novia del dueño, por si queremos cuestionar cuáles méritos la llevaron a ese lugar– vestidas muy sexys, muy peinadas, muy maquilladas, rezándole y agradeciéndole al cohete fálico; incluso Katy Perry dijo algo así como: “Gracias por ayudarnos a sanar”. Perdonen mi sospechosismo, pero para empezar no creo que nada de esto lo hubiéramos visto en una misión compuesta por hombres, y segundo, en este vuelo irrisorio y absurdo no hay nada de empoderamiento, sino privilegio puro y duro. Además de que, como ya apuntaron muchos, esto ha desviado la atención de las verdaderas astronautas que han estudiado y se han preparado por años.
El viaje de Katy Perry al espacio es sólo un comercial para la industria del turismo aeroespacial, viajes espaciales para millonarios que puedan pagarlos, gastando enormes cantidades de recursos mientras a nosotros, los simples mortalesasalariados nos seguirán diciendo que seamos conscientes, que nos bañemos en 5 minutos para no gastar agua, que no usemos popotes y que reciclemos nuestro vaso cada que vamos por un café que seguramente nos implica un esfuerzo pagar.
Asco, asco total y absoluto.
La buena noticia de todo esto es que la gran mayoría de la gente reaccionó de manera negativa a este viaje que muchos describen como el comercial más caro de la historia.
Pero esta es sólo mi opinion personal y no es importante.
Imagen: Adobe Express