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De Artlist y la inteligencia artificial

Artlist acaba de lanzar un servicio de voz en off generada con Inteligencia Artifical (IA). Ya no serán necesarios los narradores –humanos–.

Artlist es una plataforma de suscripción que ofrece librerías de música, videos y efectos especiales para cualquier tipo de proyecto multimedia, desde podcasts, pasando por videos para YouTube, hasta documentales para plataformas. 

Pero la semana pasada lanzó un nuevo servicio que dio de qué hablar porque cambiará nuestra forma de crear –y trabajar– para siempre: voces en off generadas por IA.

Si bien la IA forma parte de nuestras vidas desde hace varios años como, por ejemplo, la que usamos en el GPS, la realidad es que la IA generativa sí causa escozor entre quienes nos dedicamos a alguna forma de arte o trabajo creativo. Y es que la IA generativa es esa que pretende suplantar la creatividad humana, es la que hace fotos, música, la que escribe tareas, ensayos y hasta novelas; y también la que hace videos y ahora Artlist le suma las voces en off que, por primera vez, no suenan robotizadas. Además, su precio es tan accesible como comprarte un café y un sandwich en Starbucks.

Lo realmente impactante de este servicio, único en el mercado, es que es la primera vez que la IA hace algo que era exclusivamente humano: la voz. Una foto o una canción implica un instrumento de por medio que la IA aprende a imitar, pero ¡¿la voz humana?! Aunque la generación de voz por computadora ya existía, la realidad es que sonaban como robots, y Artlist está ofreciendo un repertorio de voces indistinguibles de los humanos. Chequen esto:

¿Qué signifca todo esto? Realmente no lo sé. Son temas que han capturado mi interés y que me he dedicado a estudiar durante los últimos meses, pero no parece haber una proyección de hacia dónde vamos. 

Lo que sí he detectado es que historiadores, filósofos, científicos y maestros espirituales coinciden en dos puntos: primero, la mente humana no está preparada para la cantidad de información que estamos consumiendo en las plataformas digitales, de ahí los altos niveles de estrés, el insomnio, la ansiedad y la fatiga–; y segundo, nos volveremos cada vez más idiotas si no cultivamos nuestras propias capacidades para pensar y ser creativos y se lo dejamos todo a las IA. 

Todavía no existen regulaciones contra las IA y no parece que lleguen pronto. Las empresas tecnológicas que las están desarrolando ya tiene PIB’s más altos que países enteros, y ya sabemos que dinero mata políticas sociales. Así que la manipulación de fotos, videos y hasta voces empezarán a jugar un papel político importante si no nos apresuramos a regular las IA generativas.

De lo anterior ya estamos viendo consecuencias serias como, por ejemplo, la caída de la democracia: los algoritmos están lo suficientemente entrenados –por nosotros mismos– para manipular nuestras decisiones y orillarnos hacia un voto que no es el que más nos coviene como sociedad, como sucedió con la elección pasada de Trump, en donde el papel que jugaron Facebook y Cambridge Analytica está estudiado y documentado.

Entonces, ¿hacia dónde vamos? O, ¿qué podemos hacer?

Tampoco lo sé. Una teoría que tengo es que cuanto más tiempo pasemos desconectados, creando con nuestra propia mente y nuestras propias manos, en unidad con nuestro cuerpo, con los demás y con el entorno, pensando por nosotros mismos, cultivando nuestra salud física, mental y emocional, más tendremos capacidad para hacer frente a la manipulación informática; después de todo, lo que ha estado a la venta todos estos años ha sido, precisamente, el contenido de nuestra mente: nuestros gustos, nuestras preferencias, nuestros hábitos, nuestros temores, ¡las IA saben mejor que nosotros lo que queremos! Así que quizá convenga empezar a conocernos mejor a nosotros mismos a través de, no sé, actvidades como el yoga, la meditación o cualquier tipo de arte –hecho por nosotros mismos–.

Pero esta es solo mi opinión personal y no es importante. 

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Publicado enBlog