En 1984, George Orwell define el doblepensar como la facultad de sostener dos opiniones contradictorias al mismo tiempo. Y sí, es una herramienta de dominación.
Magdalena Pérez Selvas | Escritora
En 1984, George Orwell define el doblepensar como la facultad de sostener dos opiniones contradictorias al mismo tiempo. Y sí, es una herramienta de dominación.
Ante los ánimos encendidos a raíz de los eventos políticos en nuestro país, hoy solo quiero recordar estas palabras del maestro budista Tich Naht Han:
Ayer un grupo de manifestantes irrumpió violentamente en el Senado mientras se votaba la reforma al Poder Judicial.
La semana pasada tuvo lugar el 1er Encuentro Continental de Comunicadores Independientes. Se reunieron en la Mañanera de AMLO y bueno… aquí vamos.
Si al reflexionar sobre la actualidad tenemos la idea de que el imperialismo no existe, entonces probablemente no estamos entendiendo nada. De nada.
La serie Shōgun fue un fenómeno porque obligó a los espectadores a concentrarnos: su guion no permitía hacer dos cosas a la vez.
La visita a México de Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina, pasó desapercibida, pero es algo que debería de interesarnos a las mujeres.
Atrevámonos a hablar de Venezuela y la injerencia golpista de los medios, las derechas y los poderes económicos extranjeros.
La semana pasada pasaron dos cosas de las que vale la pena reflexionar: la captura del Mayo Zambada y la inauguración de las Olimpiadas en París.
Para el mundo, realmente da igual quién gane las elecciones en Estados Unidos: republicanos o demócratas ejercen políticas invasionistas.