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De cómo empezar a escribir

Estas reflexiones semanales nacieron como un reto personal. Este año me impuse el reto de escribir y publicar cada semana, sin falta. La pregunta era, ¿podría hacerlo? 

También me preguntaba: ¿tengo la capacidad de observar el mundo con atención y reflexionar de una manera compasiva los hechos que estamos viviendo? A lo mejor sí. Para eso me siento a meditar todos los días, para eso acudo al tapete de yoga todos los días aun cuando fallo de las peores maneras en mi vida personal y con mis relaciones interpersonales. Es decir, el reto verdadero –aunque mis maestrxs no lo crean– estaba más en escribir y publicar de manera metódica.

Lo he logrado. Literalmente desde que empecé, sólo una semana no tuve tiempo de escribir y ese miércoles se quedó sin reflexión –gracias, por cierto, a quienes notaron la ausencia y preguntaron–. Pero semana a semana durante este 2024 me he sentado a escribir, venciendo a la página en blanco y también al ego, ese que te dice que todo es perfectible, que no publiques todavía, que a lo mejor puede mejorar, que quizá si mueves este párrafo o aquél, que si dejas marinar la idea… Nada de eso. Escribía, revisaba, publicaba y me preparaba para la siguiente semana. 

La escritura se ejercita, se nutre, se hidrata, no hay que dejar que se oxide. Y esta semana quise reflexionar sobre esto porque gracias a mi trabajo en ¡Goooya! estoy en contacto con muchos jóvenes que quieren escribir y la pregunta siempre es la misma: ¿cómo le hago? Y la respuesta siempre es la misma: escribe. Escribe, escribe, escribe, en la compu, en los cuadernos, en el celular, en una servilleta, no importa dónde, escribe todos los días, ese es el único camino. 

La escritura, también, es un ejercicio de disciplina. Y no me refiero a tener un horario o siquiera un orden, esas cualidades que a veces, a algunas personas, pueden parecer opresivas, no, me refiero a hacerlo, simplemente hacerlo. En vez de la media hora –o más– que pasas scrolleando el Tik Tok, escribe; en vez de la media hora que pasas grabándote un video para subir a redes, escribe; en vez de las 3 horas que pasaste viendo una serie, ve tu serie 2 horas y escribe 1. 

La escritura, además, nos va a rescatar de la idiotización. La semana pasada reflexionaba sobre el uso que empezamos a darle a la IA generativa, esa que, justamente, escribe mails por ti, hace tareas y hasta libros. De manera que esto es algo que también siempre comparto en mis talleres con jóvenes: escriban –pero ustedes, no se lo den a la IA–, porque esos ejercicios de concentración, discernimiento, creatividad, enfoque, silencio, es lo que les va a diferenciar de las personas que dejen de pensar por sí mismas. 

Actualmente, por como veo las cosas, tengo la teoría de que la humanidad se va a dividir en dos: quienes se van a convertir en zombies víctimas de la IA y de los algoritmos –de estos ya empezamos a ver a algunxs–, y quienes sigan conservando sus capacidades cerebrales, mentales e intelectuales. 

Es así que la escritura es oficio, es disciplina, es pasión, pero ahora, con las nuevas tecnologías, también es un camino que nos va a rescatar de la opresión de la conciencia. 

Claro que esta es solo mi opinión personal y no es importante.

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Publicado enBlog