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Algo sobre el dios de este siglo…

¿Cuándo te perdiste, humanidad, en los números, el dinero y la especulación? ¿Cuándo te volviste financierista y dejaste de ser humanista?

Tan perdida estás, que en tu lengua al mercado humanizaste: es sensible, se tambalea, quiere que lo estimulen, busca tranquilidad, se pone hasta nervioso. Pero, eso sí, su juego es desleal: miente, para empezar, sobre la libertad; es excluyente, desigual e injusto. Te quiere dormido:

trabaja, compra; 

trabaja, compra; 

trabaja, compra. 

No pienses, no contemples, no te rebeles o entonces eres un loco. 

O peor: un F R A C A S A D O. 

No, no es natural que haya millones de pobres. ¿O apoco has caído en la mentira de la meritocracia? ¿Apoco crees que eres de los beneficiados? ¿No has visto que tú eres un trabajadoresclavo? ¿Que tu salario es raquítico comparado con lo que tiene aquel 1% privilegiado?

El mercado te domina, dicta tu comportamiento, te ha creado falsas necesidades. Te ha hecho un CONSUMISTA: ¿por qué quieres enviar un mensaje a los demás de que gozas de cierto estilo de vida? 

Propaganda, publicidad, marketing.

Medios de comunicación. 

Manipulación de las conciencias. 

Compras basura, comes chatarra y eres feliz. 

Vender mucho, comprar mucho, juntar muchas cosas. 

Y luego el desperdicio y el desastre ambiental. 

El mercado está destruyendo tu hogar, ha enfermado tu cuerpo y ha socavado tu espíritu. ¿Y sigues defendiéndolo?

Sí. Así es y así funciona. ¿Y te conformas? 

¿Quién te dijo, humanidad, que idolatraras al mercado como a un dios?

Libérate, humanidad. Eleva tu conciencia.

Mejor un rebelde que un dormido.

Foto: José Jiménez

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