El caso de Teuchitlán, Jalisco es muy complejo, y tristemente la rapiña mediática no ayuda a que los mexicanos entendamos los hechos y la historia.
Personalmente, no creo que sea tarea de la sociedad armar los hechos de Teuchitlán, Jalisco. El gobierno debe contar la verdad, y cuando esta versión deja dudas, el periodismo de investigación puede ayudarnos a reconstruir la historia. El problema es que hemos asistido a una rapiña mediática que destapa una cloaca de agendas e intereses a la que sí debemos prestar atención.
Como mexicanos de a pie, a lo mejor no conocemos la historia –víctimas, también, de gobiernos y medios de comunicación que borran lo que no les conviene–, a lo mejor no tenemos tiempo de contrastar versiones, las del gobierno y las de la prensa, o las de la prensa de izquierdas y las de la prensa de derechas; quizá sólo tenemos tiempo de escuchar las noticias cuando nos trasladamos de casa al trabajo o mientras hacemos alguna actividad como cocinar o lavar trastos, lo que no permite tener un panorama amplio de las narrativas que deliberadamente construyen uno y otro lado; o a lo mejor también somos víctimas de nuestros propios algoritmos, que sólo refuerzan nuestras propias opiniones.
Quizá por todo lo anterior es muy fácil que caigamos en simplismos y reduccionismos como “todos son iguales”.
Sin embargo, el caso de Teuchitlán nos permite hacer un ejercicio de autocuestionamiento que, a su vez, nos permita hacer, como sociedad, las exigencias pertinentes. De lo contrario, quedamos confundidos, ignorantes o peor, creyendo nuestras propias versiones, y ya saben quién gana con esa división, ¿no?
Así que hagámonos preguntas. ¿De verdad se encontró un campo de exterminio en Teuchitlán? ¿De verdad ese lugar se parece a Auschwitz? En todo caso, ¿qué es un campo de exterminio? O, ¿cómo era Auschwitz y qué se encontró en Teuchitlán? Aquí pueden encontrar algunas de estas respuestas:
Otras preguntas interesantes son: ¿quién dijo que allí había un “campo de exterminio”? ¿Quién le llamó el “Auschwitz mexicano”? Uno de los grandes altavoces para esta narrativa ha sido Loret de Mola en Latinus; entonces, ¿quién y cómo se financia Latinus? Documentado está que el dueño es Roberto Madrazo y Silvano Aureoles es su socio –por cierto, Aureoles es prófugo de la justicia y estrena ficha roja de Interpol–. Y, ¿quiénes más replican estas palabras? Hagan una rápida y superficial búsqueda en Google y me cuentan: ¿qué comparten en común esos medios y/o esas personas?
Pero sigamos, ¿qué dice el otro lado del espectro? ¿Por qué están diciendo que eso no era un campo de exterminio? Les dejo este análisis de la revista Contralínea y si no quieren leer, ahí les va este video:
Lo anterior es importantísimo: en tanto como sociedad tengamos claro el hecho, podemos hacer la exigencia pertinente, porque queda claro que hay un problema que se tiene que atender por parte de las autoridades, pero cuando una mentira queda expuesta, corremos el peligro de diluir la verdad que sigue siendo terrible… pero ya no tanto, como Auschwitz.
Entonces, si hay ciertos medios y ciertas personas que replican cierta versión, ¿cómo construyen sus narrativas? ¿Cuál es la finalidad? ¿Es por convicción o hay un pago de por medio? ¿Por qué partidizan una tragedia como la de Teuchitlán? ¿Y qué consecuencias tiene todo esto? Les comparto el siguiente análisis:
Finalmente, creo que una de las tareas más importantes y fundamentales que tenemos que hacer como mexicanos es conocer nuestra historia. ¿Cuál es la historia de las desapariciones forzadas en nuestro país? ¿Quiénes son los responsables? ¿Qué estadísticas y estudios existen al respecto? ¿Qué ha hecho uno u otro gobierno para atender este fenómeno? Les dejo este análisis de Jonathan Pérez, un periodista que ha investigado estos casos.
Para terminar, también hay que decir que cierta prensa de izquierda o independiente o como quieran llamarla, también ha tratado de minimizar el caso de Teuchitlán. La prensa no debe ser golpeteadora, pero tampoco aplaudidora, debe cuestionar, porque detrás de todo esto, ya hay una serie de reformas que se traducirán en hipervigilancia hacia los ciudadanos, y en la Mañanera del Pueblo nadie, nadie ha cuestionado esas decisiones que socavarán nuestras libertades. Guarden este post.
Claro que esta es sólo mi opinión personal y no es importante.
Imagen: Adobe Express