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De la respuesta de Petro a Trump 

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha plantado cara a Donald Trump. Y los medios hegemónicos le han destrozado por ello, pero, ¿qué pasó en realidad?

No es de extrañar que los medios corporativos estén aprovechando el momentum para alimentar la narrativa contra Petro. Es uno de esos presidentes incómodos al sistema, le han llamado corrupto, narco, lo tildan hasta de borracho y, más allá de la guerra mediática, también hay incursiones en territorio que buscan desestabilizar Colombia.

Desperté el lunes con el post de Petro en un chat de WApp, ese en donde dice que ni él ni ningún colombiano son de una raza inferior a los gringos, que él no estrecha su mano con esclavistas blancos, que el bloqueo económico de Trump no lo asusta y “Túmbeme presidente y le responderán las Américas y la humanidad”.

Así que me di a la tarea de revisar los medios para ver qué había pasado, qué había generado ese largo post en X. 

Obviamente las primeras búsquedas arrojaron canales y voces opositoras a Petro, y la historia decía que éste se había doblegado ante Trump, contaban que las “torpezas” de Petro costarían muy caro a Colombia. María Fernanda Cabal, una senadora colombiana, estaba muy escandalizada, dijo que cómo era posible que le hablaran así a la más grande potencia económica y militar del mundo; un académico cuyo nombre no recuerdo estaba muy preocupado de que Petro se saltó todos los canales diplomáticos al escribir ese post, bueno, a lo mejor no se ha enterado que es el propio Trump quien hace su política en redes. En fin, este tipo de voces dijeron hasta que Petro había posteado borracho. 

Conforme fui reconstruyendo la historia, yendo ya directamente a los posts de Trump y Petro y de sus respectivos gobiernos, me di cuenta que lo que realmente había pasado iba más o menos así: Trump envió dos aviones con inmigrantes colombianos que Petro acordó recibir, pero rechazó una vez que vio las condiciones en que eran enviados: esposados y encadenados. Trump respondió, como siempre, amenazando con aranceles del 50% y Petro hizo lo propio. Finalmente, Trump cumplió la petición de Petro de mandar a los migrantes en aviones civiles y en condiciones más dignas, y los aranceles de uno y otro lado se frenaron.

Entonces me pregunté: ¿el que realmente cedió fue Trump?

Continué navegando los medios y después de escarbar un poquito más, encontré que medios independientes y voces más progresistas contaban otra historia: confirmando mis sospechas, dicen que el que cedió fue Trump, y que no aceptar las condiciones humillantes de Estados Unidos y negociar como iguales ha sido un gran acierto de Petro, a quien colocan, junto a Claudia Sheinbaum, como ejemplo para frenar el acoso de Trump, mientras que Canadá y Europa quedan como el ejemplo de lo que no se debe hacer. 

Que el corporativismo y las derechas repliquen ciertas narrativas no es de sorprender, lo verdaderamente sorprendente es la gente de a pie que celebra las imposiciones de Estados Unidos y el acoso que se lleva a cabo en contra de su propio país. 

Pero puedo entender la confusión, no todxs tenemos tiempos de revisar el espectro de medios que nos llenan de información contradictoria, entonces, ¿por cuál de las dos narrativas decantarnos? Yo diría, por la decolonial. Esa que apuesta por un frente latinoamericano unido y que arroja luz ante el fascismo trumpista.

Pero si lo anterior todavía nos cuesta trabajo, entonces recomiendo un ejercicio muy sencillo. Personalmente, recupero el viejo dicho que dice “dime con quién te juntas y te diré quién eres” y lo aplico de manera muy parecida en estas situaciones: dime quién –y cómo– habla de ti y te diré quién eres. Es decir, si los medios hegemónicos –esos que están controlados por grandes fortunas y por lo tanto representan intereses colonialistas, extractivistas, invasionistas– te quieren destruir, probablemente estés haciendo algo bien. 

O no sé. Esta es solo mi opinión personal y no es importante. 

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