¿Qué tienen en común Yellowstone, la serie, con el rey de España siendo abucheado tras la catástrofe de la DANA? Vamos a ello.
Yellowstone es una serie que narra la compleja relación política y social que hay entre la familia Dutton, dueña de un rancho en Montana, y una reserva de nativos americanos. Apenas estoy empezando la 2da temporada, así que aún no sé hacia dónde vamos, lo cierto es que, hasta ahorita, me parece que el guion ha tenido la genialidad de situar el drama en la coyuntura más actual, esa que enfrenta a la historia, según nos la ha querido contar el eurocentrismo, con los hechos históricos que ya nadie –o algunos pocos– pueden negar.
La serie no omite, pues, la realidad histórica. Ya no. Simplemente ya no se puede. Y de hacerlo, seguramente no tendría el éxito que tiene. Si bien el claro protagonista es John Dutton (Kevin Costner), el dueño del rancho, el patriarca que ha acumulado capital y poder político para sí y para los suyos, lo orbitan personajes que reflejan la configuración de la sociedad actual: los empresarios, desarrolladores inmobiliarios o explotadores de recursos que solo buscan negocio y ganancias; y los políticos fáciles de comprar y corromper. Y en medio de todo, la reserva india y los nativos americanos, cuyos políticos han aprendido a jugar el sucio juego mientras la gente de a pie padece la pobreza y el racismo.
Lo cierto es que, al inicio de la segunda temporada, Monica, una nativa de la reserva local, empieza a impartir clases en la universidad, asegurándoles a los alumnos que ella no hablará del Cristóbal Colon que durante años nos han inculcado, sino de las verdaderas atrocidades que la invasión europea perpetró en el continente americano, “pues todos los que estamos aquí somos hijos de esos abusos”, asegura. Y al salir de la clase, vemos a un estudiante, también nativo, vistiendo una camiseta que dice: resistiendo al genocidio desde 1492.
Si estamos atentos a esas señales, veremos que la serie comparte la reivindicación de las naciones originarias que actualmente bulle a lo largo y ancho del mundo que fuera invadido por Europa.
Y es así que llegamos al rey de España. Se apersonó en Valencia tras la tragedia de la DANA y la gente lo recibió al grito de “asesino” y le arrojó lodo; también le gritaron “dimisión” y “fuera”. Sí, ese mismo rey que se negó a dialogar con el gobierno mexicano, ese mismo rey que se niega a ofrecer disculpas por el genocidio que llevó a cabo la corona española en México durante la invasión y la colonia.
Mientras muchos mexicanos aún celebran el despotismo del rey de España hacia nuestro gobierno, la gran mayoría de los españoles ansían que los Borbón caigan. La crisis de la monarquía española es una realidad.
Vivimos en un mundo que empieza a despertar, por lo pronto, del sueño de la superioridad del hombre blanco. Incluso la cultura popular lo refleja, como Yellowstone, una serie en streaming; la diplomacia mundial se ha inclinado por las disculpas, bueno, hasta Biden salió hace un par de semanas a ofrecer disculpas, precisamente, a los nativos americanos. Pero las oligarquías españolas y algunos mexicanos despistados siguen creyendo que eso del perdón es una ocurrencia y que Yellowstone se trata solo de vaqueros.
Esta es solo mi opinión personal y no es importante.
Imagen: Adobe Express
