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Del señor enojado con las escritoras

La semana pasada circuló en las redes de escritoras y colectivas una columna de un tal Alberto Olmos titulada “Chicas, ¿no estáis hartas de vosotras mismas” Claro que el repostearlo era para denunciarlo o denostarlo: un señor enojado con la producción literaria de las mujeres… Qué cosa, me dije yo también. Y me dispuse a leer la columna. Y ahora me van a linchar todas porque, ¿no tiene algo de razón ese señor?

Vamos por partes. Que se queje de que van 6 veces seguidas que una mujer gane el premio Tusquets es, sí, un absoluto desatino. Es decir, llevamos siglos de historia literaria donde por décadas los únicos que ganaban premios eran los hombres. Los comentarios que vi en redes al respecto eran que qué ardido, que qué oso, que si viejo rancio… Ni modo, bien merecido. 

Sin embargo, la segunda parte de la columna tiene, desde mi punto de vista, algo de razón. Quizá como la crítica viene de un hombre, suena, efectivamente, rancia. Sobre todo porque dice cosas como “Lo que tienen que escribir [las mujeres] se reduce a esto: es durísimo ser mujer y los hombres son muy malos”, o cuando se queja de que las protagonistas son mujeres y no hombres. Ahí hay víscera, no crítica literaria, la verdad. 

Pero hay algo en lo que coincido.

Sí es cierto que mucha de la literatura escrita por mujeres que circula últimamente sólo aborda temas de mujeres. ¿Eso es algo malo? Por supuesto que no. Las mujeres hemos de escribir sobre ser mujeres, ni modo que qué. Pero el oficio literario, ¿no apela a la imaginación, a los mundos posibles? Y, sobre todo, lo literario, ¿no implica artificios lingüísticos?

Desde mi experiencia personal, me he topado con muchísimos libros que parecen diarios personales, no hay ni siquiera el intento por matizar las situaciones, jugar con los personajes, jugar con las estructuras literarias; en ese tipo de obra se puede ver a la autora (y a sus maridos, de los que sí se quejan) de cuerpo entero. Lo cual no es malo per se, es sistémico, es histórico, pero seamos autocríticas, está haciendo falta oficio. Hay un montón de obra allá afuera hasta con faltas de ortografía. Y esto, pienso, obedece al impulso de publicar mujeres porque están de moda, porque hay que ampliar el catálogo, porque se puede, bravo, celebrémoslo, pero dónde queda la exigencia estética.

También es cierto que mucha de la obra que les interesa publicar a las grandes editoriales y que actualmente podemos ver que ocupa los espacios en las ferias del libro, es sobre temas como maternidad y cuidados, que si “maternar”, que si la “hijitud”, que si cocrianza, conceptos por el estilo circulan por allí. ¿Esto es malo? No. ¿Es bueno? Tampoco. Pero sí es una realidad. 

Personalmente reflexiono sobre esto, por un lado, como autora: si bien es cierto que las mujeres tenemos que competir, en todos los sentidos, contra el canon literario de los hombres, también es cierto que a las autoras que no escribimos sobre aquellos temas que están de moda y de los que “deberíamos” estar escribiendo, no se nos están abriendo los espacios. No hay interés por la obra que construye ficción, que tiene otras cosas qué decir, que apela a otras realidades fuera de la realidad de ser mujer. Estamos siendo doblemente relegadas. 

Por otro lado, lo reflexiono como lectora: hace mucho que no encuentro un libro, de autora mujer, que me vuele la cabeza. Quizá Casas Vacías de Brenda Navarro, porque si bien trata el tema de la maternidad, está magistralmente bien escrito: la autora juega con las estructuras narrativas y sabe darle voz a cada una de sus personajas, como si no las hubiera escrito la misma pluma. Pero es una entre tantas mujeres que he leído los últimos años. Y personalmente sí me está haciendo falta una buena historia, una propuesta formal novedosa, rompedora. Quizá no estoy eligiendo bien. Recomiéndenme algo. 

Ojo, esto no quiere decir que la literatura escrita por hombres siempre es de calidad. No. Sino que últimamente sólo he leído mujeres.

No me cancelen. O sí. Esta es solo mi opinión personal y no es importante.

Imagen: Creada en Adobe Express

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Publicado enBlog