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De la democracia y las redes sociales

Así que ganó Milei en Argentina. Me llamaron mucho la atención los comentarios en medios y en redes sociales. Si bien hace unos años nadie se atrevía a apoyar abiertamente a Trump o a Bolsonaro, esta vez sí que hubo voces felicitando a Milei y al pueblo argentino por el cambio al que se han volcado. 

Para ejemplo, la misma Xóchitl Gálvez, candidata de las derechas a la presidencia de México, quien posteó:

¿Pues no que era trotskista…? Ojalá nos pudiera explicar cómo se empatan los valores y los ideales del trotskismo con la ultraderecha de Javier Milei. 

Al día siguiente, en su noticiero de la mañana, Ciro Gómez Leyva abordó el tema para decir, básicamente, que Argentina ha dado un ejemplo de democracia. No hubo, dijo, fraudes electorales ni nada de eso, 3 de cada 4 argentinos, un pueblo muy bien informado, salieron a votar en una jornada pacífica y transparente.

Y me pregunto: ¿dónde ha estado Ciro Gómez Leyva durante la última década? Y aquí es donde me quiero detener a reflexionar. 

Es sabido que la irrupción de las redes sociales y los algoritmos han dinamitado las democracias. Sí es sabido, ¿no? ¿O no?

Así que hablar de que Argentina ha atravesado un proceso electoral limpio es una falacia. Por un lado, según aprendí con el maestro Ángel Guerra (qepd), Argentina no tiene –como sí ha propiciado México los últimos años– contrapesos informativos, allá todo lo controla el Grupo Clarín, así que eso de que los argentinos son un pueblo muy bien informado no es necesariamente cierto, son constantemente bombardeados con fake news y discursos de odio.

Ante los embates de los medios de comunicación, nuestros pensamientos son los que están en juego. Es un fenómeno conocido como “infocracia”. Es decir, toda esa acumulación de datos que tan libremente damos en internet, el algoritmo la usa para continuar ofreciéndonos contenido adaptado a nuestras preferencias, esto hace que más se refuercen nuestras opiniones y que, por lo tanto, rechacemos el diálogo porque “yo tengo la razón”. Y he aquí el resultado deseado: si no podemos dialogar, las sociedades se fragmentan. 

Otra táctica de la infocracia es imponer el espectáculo por sobre los argumentos: prevalece la información –el contenido–, aunque no verdadera o apegada a los hechos, sino la más atractiva, la que excite, la que emocione. ¿No les suena, justamente, a Milei?

Curiosamente, la noche del domingo leía El enjambre (2014) de Byung-Chul Han, un ensayo que analiza el peligro de las redes sociales, pues nos convierten en individuos aislados y llenos de estímulos. 

La rebeldía, la histeria y la obstinación características de las olas de indignación no permiten ninguna comunicación discreta y objetiva, ningún diálogo, ningún discurso. 

La frase anterior me remitió inmediatamente a lo acontecido en Argentina. ¿Qué dijo Milei en su discurso de la noche del domingo? Absolutamente nada. Pero hay un espectáculo ante una sociedad aislada y sobreestimulada. 

Los mexicanos no estamos exentos de lo anterior, así que tenemos que tener los ojos bien abiertos para nuestro propio proceso electoral del siguiente año.

Lo que se viene para Argentina, según lo que el mismo Milei dijo en toda su campaña, es la venta de sus recursos naturales y energéticos, la venta de la educación, de la salud y de la movilidad, abiertamente dijo estar en contra del feminismo y dijo que el cambio climático es sólo parte de la agenda socialista. ¿Quién, en su sano juicio, votaría por eso?

Así que, ¿cómo podemos protegernos? Desconectándonos de las redes. Es cierto que son espacios de trabajo y colaboración, pero necesitamos tener horarios de uso. Otro ejercicio que recomiendo es informarte más allá de tus preferencias. A mí me encanta la geopolítica, pero lo que verdaderamente me encanta es el análisis mediático, para lo cual intento leer o escuchar distintas voces, desde las vendidas o conservadoras como la de Ciro, hasta las más progresistas. 

¿Sabes qué otras cosas he aprendido del budismo? No etiquetar, no elegir partido, mantenerme en el punto medio y no alimentar discursos de odio o malinformados en la red.

Pero esto es solo mi opinión personal y no es importante. 

Foto: Adobe Express

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Publicado enBlog