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Todo por lo que las autoras autopublicadas tenemos que pasar…

Esta, por lo menos, es mi experiencia. Y mi sentir. 

Ser escritora está muy bien hasta que tienes que, de hecho, vender tu libro. 

Sentarme a escribir todo el día –TODO EL DÍA– es la experiencia más enriquecedora y apasionante que he vivido. No tengo palabras para describir lo trascendente y expansivo que es, por lo menos para mí, escribir. El diseño y la impresión del libro son otras partes maravillosas del proceso. Todo muy bien. Hasta registrar la obra es divertido. 

Y un día hermoso, el libro llega a tus manos… Ahora toca venderlo. 

Los días de escritura y de expansión quedan atrás para mutar en el conjunto de actividades que hay alrededor de la venta de un libro. 

Para las autoras autopublicadas, el trabajo cotidiano se compone de todo aquello que nos permita promocionar y vender nuestra obra: relaciones públicas, diseño gráfico, diseño de nuestras propias campañas, fotografía, edición de videos, y ya que las redes sociales son el escaparate de nuestra obra, tenemos que ser community managers.

La satisfacción inmediata es poder navegar en esta realidad: las ganancias del proyecto como intercambio para tener techo y comida. 

Hay un nivel mental, el racional, en el que todo lo anterior tiene sentido. Pero la verdad es que lxs escritores queremos escribir, no sé si me explico. 

Image by Free-Photos from Pixabay 

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