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De que el que se enoja pierde

El debate electoral por la Ciudad de México fue francamente ridículo. Ridículo el formato ese de solo tener 2 minutos para expresar tus ideas; ridículo el candidato de MC comiendo palomitas; ridículos Clara Brugada de MORENA y Santiago Taboada del PRI, PAN y PRD enganchados en dimes y diretes; ridículos los moderadores que hacían preguntas que eran ignoradas por los candidatos para seguirse dando con la cacerola. Y la que salió perdiendo en este circo, a mi manera de ver, fue Clara Brugada, por caer en el juego sucio de Taboada.

Las y los candidatos del Frente Amplio por México, que no es otra cosa que la aglutinación del PRI, PAN y PRD –creo que es importante que no lo olvidemos–, necesitan la guerra sucia porque están muy por debajo en las encuestas electorales. Se entiende entonces que, ante el inminente fracaso de las campañas internas, necesiten recurrir al apoyo de organizaciones internacionales que incluye la compra de bots y a la aristocracia española: ya se saben esa de que una marquesa española vino a México a hablar de democracia, ¿no? ¿Sí se entiende la incoherencia? Bueno, volvamos. Ante el panorama político actual de México –nos guste éste o no–, la apuesta del PRI, PAN y PRD es la guerra sucia: sus campañas están encaminadas a crear un escenario catastrofista y a golpetear; las propuestas importan poco, lo que requieren es socavar a toda costa la popularidad y credibilidad de sus adversarios, no tienen, por lo pronto, otra opción y se entiende.

Lo que no logro entender es qué necesidad tenía Clara Brugada de caer en el juego sucio de Taboada, quien fue coherente con el discurso de los suyos: incitar al miedo y mentir. Pero, por qué Clara se dedicó a responderle, a señalarlo y a sacar laminitas en su contra. ¿Esa habrá sido la estrategia? ¿Así lo planearon ella y su equipo? ¿O se molestó y perdió el rumbo? 

Si observan el lenguaje corporal de Clara se le veía, de repente, molesta: la quijada apretada, la respiración en el pecho. El momento que me pareció ya lamentable fue cuando el moderador preguntó sobre los índices de pobreza en la Ciudad de México y Clara, en vez de responder, decidió ignorar la pregunta para revelar, según ella, 5 verdades sobre Taboada que incluyen lo que todos ya sabemos sobre sus corruptelas. Hay analistas que consideran acertada la estrategia para exponer a Taboada ante quienes no lo conocen, pero ¿no hubiera sido más atinado que Clara expusiera propuestas y logros?

El que se enoja pierde, dice el dicho popular. Y sí. Y lo traigo muy a flor de piel porque yo misma soy una persona temperamental; muy seguido llego al tapete de yoga a equilibrar el fuego y bajarle dos rayitas a la intensidad, observar las cosas por las que me molesto, la manera en que respondo, los resultados que obtengo. Y la realidad es que cuando la visceralidad gana, yo pierdo. Y no en contra de alguien o algo, sino en contra de mí misma, porque traiciono el camino al que me he comprometido, porque mi cuerpo resiente las consecuencias y porque ni logro expresar lo que realmente quiero comunicar. También he observado que, cuanto más conecto con mi enojo, más tiempo paso en ese estado mental, causándome daño a mí y a la gente a mi alrededor. La energía reactiva, además, hace que cometamos errores porque tenemos demasiado ruido en la mente, ¡vaya si me pasó la semana pasada! El yoga, sobre todo, nos invita a no juzgarnos, sino a observarnos con sinceridad para poder transformar eso que está descolocado.

Así que, si bien hay quienes dicen que lo que realmente se gana es el postdebate porque son las narrativas que se quedan las importantes (como la de Santiago “Tajada”), lo cierto es que, por experiencia propia, sé que a Clara le vendría muy bien respirar profundo, soltar el juego sucio de los adversarios –que se va a intensificar en los siguientes meses– y enfocarse en comunicar su proyecto.

Como siempre la coyuntura dándonos lecciones espirituales.

Pero esta es sólo mi opinión personal y no es importante.

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Publicado enBlog