La semana pasada se hizo viral el HT #TerrorEditorial tras unas denuncias contra Guadalupe Nettel y su gestión como editora de la Revista de la Universidad de México.
A partir de lo anterior, empezaron a salir más denuncias en contra de la misma escritora y también de las prácticas, en general, de la industria editorial mexicana.
No me sorprenden las historias que leí en redes. Eso de que no pagan a tiempo o de plano no pagan; de que si pagan, pagan muy poco o pagan con ejemplares; de que hay nepotismo y amiguismos; de que hay abuso, acoso y violencia. Personalmente no puedo hablar de violencias, pero sí que conozco la precarización hacia nuestro trabajo. Entonces, si sabemos que esto sucede, ¿por qué seguimos sosteniendo con nuestro trabajo a esta industria?
Y es que somos nosotras mismas las que perpetuamos ese régimen de injusticia laboral porque elegimos seguir publicando allí, al costo que sea.
Lo anterior, inevitablemente, me lleva a reflexionar sobre el trabajo que hacemos las escritoras independientes.
Precisamente por las historias de terror, yo decidí no nada más publicar mi obra, sino crear una empresa propia que me permita generar empleo y obtener ganancias justas como autora. Soy escritora y soy empresaria.
Y a pesar de que he editado y/o corregido libros; o he hecho libros desde cero, desde la escritura fantasma, hasta el diseño y la impresión, también me ha sucedido que, cuando encuentro autores o autoras cuya obra me interesa publicar, he recibido respuestas negativas porque, abiertamente, dicen que quieren que les publique tal editorial.
Pero por qué, les pregunto, ¿no quieres ganar dinero con tu libro? Y entonces surgen las respuestas más inverosímiles como: no, es que de esto no se gana dinero, entonces me conformo con que me paguen un viaje a una feria del libro.
¡Nosotras mismas precarizamos nuestro trabajo! Nosotras mismas nos conformamos en vez de exigir o de plano tomar las riendas de nuestro negocio.
Mónica Soto Icaza es una escritora independiente de literatura erótica a quien admiro muchísimo. Me gusta saludarla en las ferias, sentir su buena vibra y contagiarme de su entusiasmo por su empresa. Ella misma se describe como “empresaria de libros”, y eso me fascina. Y eso también escuece a más de uno. Y eso también me fascina.
Les comparto esta columna de Mónica, Escribir en libertad, en donde enlista algunos pros y contras de la escritura independiente.
Personalmente, me quedo con los pros:
Mónica Soto Icaza, Cuestione
- La publicación de tu libro no depende de la opinión de un señor o señora con gustos, prejuicios o predilección por temas específicos, sino de ti.
- No tienes que quedar bien con alguien o caerle bien para que considere publicarte.
- Conservas los derechos patrimoniales sobre tu libro […]
- Ejerces como dios de tu ficción, idea o concepto.
- Tú controlas tus ventas, tú recibes directamente el dinero […]
Así que sí, me he tenido que enfrentar a los prejuicios que creen que la escritura independiente es chafa porque no está avalada por tal señor o una editorial tal; también me enfrento a la competencia absolutamente injusta contra los grandes monopolios editoriales, pero lo prefiero así, porque la expansión creativa y la justicia laboral y económica que te da la publicación independiente no se comparan con los contras, que ya no me asustan ni me intimidan.
Pero esta es solo mi opinión personal y no es importante.
Imagen: Adobe Express
