Hay una idea de que lxs jóvenes de hoy en día son apáticos a la política, pero lo cierto es que estamos viendo importantes movilizaciones estudiantiles.
Después de un periodo en que las juventudes parecían adormecidas, quizá por el propio sistema que nos tiene –a todos– distraídos con contenido basura en las redes sociales y también entumecidos con todo tipo de sustancias –legales e ilegales–, he estado viendo con orgullo y esperanza la presencia de lxs jóvenes en la política.
En México atravesamos intensas campañas electorales, por lo que lxs candidatos andan visitando universidades. El caso que trascendió la semana pasada fue la visita de Máynez, candidato de Movimiento Ciudadano, a la UAM. Él ya dijo que MORENA mandó a reventar el evento, pero a pesar de las mentiras, todxs vimos lo que pasó: lxs estudiantes lo increparon. Particularmente, se viralizó un video en donde una chica le cuestiona que Movimiento Ciudadano no apoye la legalización del aborto, también le cuestionó el apoyo que otro candidato de MC pregona al estado israelí y remató diciéndole que no se cuelgue de las propuestas de lxs candidatos de izquierda. Máynez no supo qué responder y todos sabemos por qué: su candidatura es resultado de un buen marketing político, pero con propuestas demagógicas, como las que escuchamos en el último debate.
Si bien hay un target al que sí logran capturar las canciones, los colores neón y los influencers, también hay otro grupo de jóvenes que saben informarse, discernir dicha información y no temen agarrar el micrófono y hacer preguntas.
Este fin de semana tuve oportunidad de convivir con algunxs jóvenes no demasiado politizados que, sin embargo, perciben estancamiento y desencanto, pero creo que esto sucede porque no han vivido muchas de las resistencias sociales que hemos atravesado; no las vieron y, quizá, no las conocen. Además, la pandemia de COVID-19 paró muchas movilizaciones sociales a nivel mundial. Pero lxs jóvenes han empezado a tomar los espacios públicos.
En Estados Unidos miles de jóvenes ya se empezaron a movilizar en las distintas universidades a lo largo y ancho del país en contra del genocidio en Palestina. Árabes, judíos y jóvenes de diversos orígenes y religiones instalaron campamentos en sus campus para protestar en contra de las relaciones económicas entre sus escuelas y el gobierno de Israel, y en contra, también, de la financiación de armas que permite el genocidio en la franja de Gaza. Estas movilizaciones ya se replicaron, por ejemplo, en Alemania, Francia y Japón, y escuché que la UNAM se prepara para hacer lo propio.
Eso sí, duele el corazón al ver a las policías prohibiendo las protestas o de plano golpeando estudiantes por ejercer su derecho a la libertad de opinión y de manifestación .
Las redes sociales esparcen noticias falsas y adoctrinamientos ideológicos, pero también nos han permitido documentar en vivo los autoritarismos y la represión que se lleva a cabo en países que se dicen democráticos y defensores de las libertades, porque son los estadounidenses, los alemanes y los franceses los que han estado golpeando y arrestando a sus juventudes.
México y el mundo tienen una larga historia de resistencia social, y es importante que lxs jóvenes lo sepan para que sostengan la lucha de las generaciones anteriores antes que creerse a ciegas las manipulaciones de la red social o la vieja historia de que todo sigue igual y nada puede cambiar.
La semana pasada reflexionaba sobre permanecer en el punto medio, pero al mismo tiempo, el maestro budista Thich Nhat Han asegura que el budismo debe ser “comprometido”, y dice: “La verdadera conciencia ha de ser comprometida, cuando vemos que algo debe ser hecho, debemos actuar, visión y acción van de la mano, de otro modo, ¿de qué sirve la visión?”
Así que mientras los jóvenes se movilizan, a lxs adultxs nos corresponde no voltear al otro lado, hay que observar de cerca para que se puedan manifestar con seguridad. Estamos viendo. Y nos damos cuenta. Nos damos cuenta.
Pero esta es solo mi opinión personal y no es importante.
Imagen: Adobe Express
