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De la consulta ciudadana de ayer…

Tengo un gusto muy extraño que ejerzo en mi tiempo libre: la geopolítica. Ya sé. Es raro. Pero si me encuentro una mañana sin que hacer, me gusta hacerme un café y entregarme a los medios internacionales. 

Hace unas 3 semanas, haciendo este ejercicio, leí sobre una consulta ciudadana que se hizo en Bélgica. No recuerdo el objetivo. Pero me llamó la atención la naturalidad con que los europeos abordaban el tema, mientras que aquí, en México, tal figura electoral se ha querido tildar de una ocurrencia.

Vale mucho la pena observar el fenómeno de la consulta ciudadana de ayer.

Más allá de si estás a favor o en contra del gobierno actual, a favor o en contra de la consulta, si está bien redactada o no la pregunta, ¿qué hay de la institución que, en este país, dice cuidar y defender la democracia? Me refiero, claro, al INE

Me enteré, por ejemplo, que una primaria que albergaría casilla, no abrió. Esto me lo contó directamente la persona que montaría la casilla; me dijo que, al llegar a la hora pertinente, simplemente nadie abrió la escuela. Tuvieron que improvisar una casilla a unas cuadras de allí.

Conforme fue avanzando el día, me fui enterando de más casos, de fuente directa, gente que salió a votar, y al llegar a su casilla, había un cartel que decía: “Reubicación de casilla”. 

Me enteré que en Oaxaca, cerca de Ixhuatán –el pueblo que llamo mío, que me llama suya–, trasladaron la casilla de un poblado a otro, de Reforma a Zanatepec. Sin previo aviso. Es decir, la gente de Reforma que quisiera votar, a favor o en contra, tendría que trasladarse a Zanatepec. Es un viaje de media hora. No es fácil para la gente allá conseguir transporte. 

Me enteré que el viernes previo a la elección, la página del INE no estaba arrojando resultados de sección. “De 100 secciones, aparecían 2 resultados”, me dijo un amigo que es reportero y que me pasó el dato.

Más allá de lo que me entero yo, es de conocimiento público que de 150 mil casillas que generalmente se montan en el país, este domingo se montaron sólo 50 mil. (De 163 mil a 53 mil si ustedes son puristas de los números).

Entonces, mermar una elección desde la propia institución que regula los procesos democráticos, ¿no debería escandalizarnos? Este ejercicio, ¿no debe darnos una lección a los mexicanos? ¿O vamos a seguir desviando nuestra atención? 

Esto no se trata de un gobierno o de una persona, se trata de una institución que se deja ver de cuerpo entero, basta sólo abrir los ojos. O por lo menos, esta es mi opinión personal.

Imagen de mohamed Hassan en Pixabay

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Publicado enBlog

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