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¿Es difícil escribir?

No es la primera vez que me lo preguntan. No en las redes, no. Sino cara a cara, como se solía interactuar antes. Y yo respondo: ¿por qué, quieres hacerlo? Y siempre me dicen: “Sí”. Hay un anhelo.

Entender puntos y comas es sencillo y, si tienes dudas, siempre puedes preguntarle a Google. Entonces, ¿es difícil escribir? Realmente no, sólo hace falta disciplina: desayuna y después siéntate a escribir. Come y después siéntate a escribir. Haz ejercicio y después siéntate escribir. Duerme y levántate a escribir.

Lo que quiero decir es que, al final del día, escribir es como cualquier otro trabajo. Te ocupará todo tu tiempo; ya sea que realmente quieras dedicarte a ello, o quieras hacerlo como un hobby, o quieras experimentar. Antes que ver Netflix, deberás elegir sentarte a escribir.

Pero no debe ser una exigencia, si lo sientes como tal, probablemente no tengas tantas ganas. Escribir es añorar el momento en que puedas estar en silencio sólo tú y tus historias que resuelves mientras te bañas y te comes la sopa, es querer estar horas frente a la compu –o en papel– acomodando y re acomodando las palabras. Escribir es querer hacerlo en tu tiempo laboral, pero también en tu tiempo libre; querer hacerlo en sobriedad, pero también en estados alterados de conciencia.

¿Es difícil escribir? No. Es una experiencia trascendental.

Image by Fathromi Ramdlon from Pixabay

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