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¿Crees en las energías?

Durante la última entrevista que le hicieron a Jung le preguntaron si creía en Dios, y su respuesta fue: yo no creo, yo sé. Me voló la cabeza.

Las últimas semanas fueron muy difíciles para mí. El punto culminante, obviamente, una crisis de ansiedad. Y después, la recuperación, que es otro viajesote. 

Generalmente, cuando me pasan este tipo de cosas, me siento muy sola. Siento que no tengo nadie a quien contarle por lo que estoy atravesando y también me asalta el pensamiento de qué hueva lo mismo.

Pese a todo, las últimas semanas me sentí tan mal, que decidí acudir a mis maestros, a todes y de todo. Terapia psicológica, terapia energética, rituales en mi jardín, yoga, zazen, meditación guiada, bueno, hasta en el psiquiatra acabé (esto último, eeerror… luego, ahí después, les cuento por qué).

Finalmente, platicando con otra de mis graaandes maestras, me contó del portal energético que se había abierto el día 2 de febrero y que culminaba el 22. Y entonces vinieron sus preguntas: ¿te has sentido profundamente triste? ¿Te has sentido disociada? ¿Sientes la energía muy baja? ¿Has sentido un miedo profundo? ¿Han regresado a ti cosas que pensaste que ya estaban trabajadas?… Y yo, así como de: sí, sí y sí a todo. 

Yo no sé de numerología ni de astrología, ni me atrevería tampoco a afirmar que creo o no creo, pero cuando observo fenómenos como éste, en donde comparto el sentir energético, mental, emocional con una y muchas personas –porque durante estos días estuve escuchando en distintas personas tanto sentires parecidos a los míos como diferentes padecimientos físicos– no puedo evitar pensar que energéticamente sí pasa algo que, de una u otra manera, nos afecta. 

Para los cientificistas y tecnócratas, la explicación que mucho me gusta es el átomo: poca materia y mucha energía. Y todes y todo somos átomos. Otra: la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. 

Ahora, lo cierto es que en esta realidad que vivimos, así, tal y como es, es muy difícil transitar por este tipo de experiencias, porque la vida no se detiene y en general la sociedad –por lo menos la occidental– sintámonos como nos sintamos, continuamos con nuestros deberes: levántate, trabaja, produce. De manera que es muy difícil tomar tiempo, tomar descanso y hacer conciencia de toda la información que llega a nosotros, ya dejen ustedes a través del portal, sino a través de todas las sensaciones que el cuerpo experimenta. Porque una u otra energía significa una u otra cosa, pero, ¿quién realmente se detiene a autoobservarse, a re-conocerse y a re-ajustarse?

Personalmente yo sí, es una de las enseñanzas que me ha dejado la ansiedad: détente y descansa. Pero no he logrado no sentir culpa, y me siento fatal con mi trabajo abandonado, y con mis redes, y mis clientes, y mis lectores y mis compromisos, pero cómo hacer nada cuando el único objetivo es, de veras, sobrevivir. 

Además del descanso necesarísimo, hago todo tipo de brujerías y magias que me permitan transmutar mi energía y arraigarme. Porque cuando se siente todo esto, el otro único objetivo es no enloquecer. 

Bien dicen que después de la tormenta, llega la calma, porque habiendo transitado el famoso portal, realmente con un sentido de: no manches, sobreviví; me parece verdaderamente sorprendente sentirme como me siento hoy, totalmente integrada, y tener la capacidad de sentarme a escribir, un acto que hace unos días parecía im-po-si-ble.

En fin, después de todo esto me quedó la mente muy, muy abierta a las posibilidades. 

¿Creo en la energía? No creo, yo sé. 

¿Ustedes cómo se han sentido? 

Image by PublicDomainArchive from Pixabay

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Publicado enBlog

3 comentarios

  1. JUAN ANTONIO JUAN ANTONIO

    ¿Cómo no creer en la capacidad transformadora de la energía, si al final de cuentas el cuerpo y la mente se alimentan de ella?. De hecho, creo los humanos somos polos de atracción, transformadores y emisores de energía.
    Lo que me cuesta trabajo es asociarla a lo divino, ahí es cuando caigo en manos de los filósofos existencialistas y de su agnosticismo, si es que no ateísmo.
    Exceso de pasado Magdalena es sinónimo de depresión.
    Exceso de futuro es sinónimo de ansiedad.
    Exceso de presente es sinónimo de locura.
    ¿Entonces?
    Disfruta el hoy desde tu pasado, que seguramente mucho debe tener de bonito y disfrútalo también desde ese maravilloso futuro que no hay razón para que no llegue para ti, por lo menos si sigues construyéndolo desde la perspectiva de SER TU MISMA y seguir compartiendo con quienes te leemos, lo que emana de tu esencia vital.
    ¿”El burro hablando de orejas”? ¡Se vale! ¡Ayuda a que le caigan a uno 20´s!

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