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A mí me encantan los hombres

Los hombres son hermosos. Quizá por eso son tan mamones. Pero no lo digo en un sentido peyorativo, sino que realmente se sienten y se asumen como los amos del mundo. Eso me fascina. Yo sí quiero su lugar. 

Viven su vida, no la de los demás –siempre hay excepciones–; han tenido la libertad social de pensar en el mundo; el mundo en su totalidad: viajarlo, conquistarlo, describirlo. 

Y es que cuando son hombres de letras… mmmh… Hacen versos hermosos como: “Y los médanos serán témpanos en el vértigo de la eternidad…”. Esa explosión conceptual con tres esdrújulas preciosas parece que sólo se logra cuando se tiene la mente volcada al arte y no en la escoba o en la defensa de los propios derechos a la vida misma.

No tienen miedo de los confines del universo. No tienen miedo de hablar del absurdo de esta existencia. No tienen para quién justificarlo. Siempre, digo, hay excepciones.

Las emociones les llegan hasta la cabeza, las desmenuzan; los para qué, los cómo, los hacia dónde. Sus mentes me fascinan.

Es decir, hasta es una cuestión de estética. Los hombres son hermosos.

Image by StockSnap from Pixabay

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Publicado enBlog

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