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De American Fiction y lo que se espera de las escritoras

Acabo de ver American Fiction, película ganadora del Oscar por mejor guion adaptado. Me invitó a reflexionar que las escritoras –como el protagonista de la película– parecemos confinadas a lo que se espera que nuestro género escriba.

Puse especial atención a la crítica que hace la película a la industria editorial porque me atraviesa: las editoriales están más preocupadas por las tendencias y la venta, que por la calidad o la novedad literaria. En American Fiction vemos a la industria de cuerpo entero, podemos reconocer al comprador, al publicista, sus maneras, sus expectativas, sus discursos. Y la cereza del pastel en esta divertida crítica, es que el interés de la industria por ciertas historias llenas de clichés no es otra cosa que un antirracismo devenido en racismo.

La industria editorial en México adolece de lo mismo: un antimachismo devenido en machismo… o en todo caso, un feminismo devenido en antifeminismo. 

Ya anteriormente he reflexionado sobre que las autoras que no escribimos sobre feminismos estamos doblemente rezagadas: uno, por la industria patriarcal; dos, por la propia indsutria feminista que sólo quiere publicar sobre feminismos, cuidados o los abusos que las mujeres hemos sufrido.

Por todo lo anterior, me sentí identificada con Thelonious “Monk” Ellison, el protagonista de American Fiction.

Monk es un profesor de literatura –afroamericano, hay que decirlo–. En la primera escena lo vemos frente a su clase con la palabra “nigga” escrita en el pizarrón, una alumna –blanca, también hay que decirlo– le cuestiona sobre el uso del término y él revira diciéndole que, si él lo ha superado, ella también tiene que hacerlo. Su sinceridad incomoda a sus alumnos y la escuela lo obliga a tomarse un descanso. 

Desde aquí ya podemos intuir lo que se viene: una crítica a la sociedad actual y a su corrección política que raya en la hipocresía.

Monk, además de profesor, es escritor, pero sus últimos manuscritos han sido rechazados porque no cuentan lo que se espera de un escritor afroamericano. Conoce a Sintara Golden en una feria del libro y descubre que es una autora best seller porque ella sí que explota el cliché cultural y lingüístico que los blancos esperan de los negros. Escenas más adelante Sintara Golden dirá: lo que importa es vender. 

Así que, en medio de la desesperación, Monk escribe una burla sobre su propia gente, una historia mediocre llena de groserías, familias conflictivas y violencia; sorpresivamente, llamará la atención de las editoriales. Monk acepta el jugoso anticipo por desesperación económica, y la broma llegará demasiado lejos cuando Hollywood quiere comprar la historia.

Pero la realidad es que Monk escribe sin sesgo de raza, no se reconoce como “negro” e incluso se molesta cuando, en una librería, encuentra sus libros en la sección de “Ensayos afroamericanos”, y por más que le explica al librero por qué sus títulos no pertencen ahí, el otro no entiende razones porque no ve salvo el color de piel.

En fin, de alguna manera esta historia me hizo sentir menos sola y me recordó que las escritoras debemos estar por encima de la dictadura del mercado y de las imposiciones de la industria o de la sociedad, siendo fieles a nosotras mismas, a nuestras ideas, a nuestra creatividad, a nuestra expresión, a nuestro arte. 

La otra vez la escritora mexicana Dahlia de la Cerda confesaba en su Instagram que Desde los zulos era un libro que no había querido escribir –o por lo menos no tal y como quedó–, pero que los tiempos editoriales –es decir, la tendencia– exigían su publicación. Esa sinceridad también me hizo sentir menos sola. 

En fin, habemos escritoras que no escribimos sobre feminismos ni sobre cuidados ni sobre los abusos que hemos sufrido ni sobre la experiencia de ser mujer y que estamos creando historias totalmente ficcionales buscando jugar con la lengua escrita. Un boom de literatura escrita por mujeres verdaderamente feminista debería incluirnos a todas. 

Pero ya saben, esta es sólo mi opinión personal y no es importante.

 

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Publicado enBlog