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Cortázar y la misoginia

De sor Juana he escrito algo o he hablado en algún foro denunciando que el sistema patriarcal la persiguió y la manera en que la institución articuló para acallarla y todo eso. Porque es una necesidad histórica y hasta espiritual. Por justicia social.

Así que vale la pena hacer lo mismo con Cortázar. Ya he escuchado en varias ocasiones, en distintos espacios literarios, que se le debe condenar por su personaje de la Maga en Rayuela, que a “ese tipo de autores” hay que dejar de leerlos. 

Me parece, se los confieso, un radicalismo, pero dicen mis maestros que no debo juzgar. Que no juzgue, que no juzgue…

Pero no olvidemos lo fundamental y por lo que muchos de nosotros estamos aquí: la literatura. 

La Maga es, efectivamente, un personaje creado por la mente de Cortázar, pero Horacio Oliveira no es Cortázar. Y siendo éste, un escritor más realista de lo que a él mismo le gustaría admitir, retrata una de las situaciones más arrogantes que pudiera darse en un grupo de personas que se tienen por intelectuales en el corazón de París. Es el retrato de algo que existe; lo mismo, por ejemplo, que en “Apocalipsis de Solentiname”, cuento en el que retrata la violencia normalizada en Latinoamérica.

La Maga es, efectivamente, una personaja discriminada y maltratada por dicho club intelectual. Pero Cortázar también le dibujó otro lado, el lado fantástico, que era el que más fascinaba al autor: es una mujer sensible, pero no en términos de sentimientos o emociones, sino de la vista; puede ver más allá de las máscaras de la sociedad, y ama a pesar de las sombras más profundas. Todos sus diálogos están como en otro estado de conciencia, porque la Maga ha superado la racionalidad del club. Es, de hecho, una mujer muy sabia. Hay una parte trágica en la historia, sin duda, pero Oliveira no la pasa por alto: se desprecia a sí mismo, que es, además, uno de los motivos existenciales más profundamente explorados en la literatura. Este episodio tampoco pasa desapercibido al autor, Cortázar mismo cuenta la dificultad de haberlo escrito.

Cortázar, en su vida personal, no sabemos que haya cometido algún abuso de género. De hecho, fue criado entre mujeres: su mamá y su hermana. Y de ambas habla con total admiración, más de la madre, porque el padre, un día, simplemente desapareció y fue ella quien lo sacó adelante en un mundo, ese sí, misógino.

Con sus alumnos y alumnas, a Cortázar se lo escucha siempre en un tono amistoso y respetuoso; las transcripciones de sus clases en Berkley lo comprueban. 

Condenar a este escritor y hacer el llamado a que se le deje de leer, es echar por la borda nuestra historia literaria. Cortázar es uno de los más grandes escritores que tenemos en la literatura universal, no porque lo haya dicho la academia. Hay que leerlo. Era un apasionado de la palabra y sus posibilidades. Sus relatos exploran siempre la estructura. Y Rayuela es su ejercicio supremo. Atenta contra mucha de la construcción clásica de la literatura en español, e incluso de la lengua misma. Aunque él decía que al idioma se le debía respetar, porque se preciaba de escribir en español –y no, por ejemplo, en francés, lengua que dominaba–. Y, sin embargo, Rayuela habla otro idioma, aunque no lingüístico, sino literario. Esos ejercicios no se deben dejar de leer, porque eso es la literatura, es la historia misma de nuestra lengua. 

Lo demás son sólo catarsis emocionales. Aunque mis maestros dicen que no juzgue. Que no juzgue.

La foto la tomé de La tinta, “Julio Cortázar: los caminos del escritor”, 31 de agosto, 2017. https://latinta.com.ar/2017/08/julio-cortazar-caminos-escritor/

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Publicado enBlog

2 comentarios

  1. Nucifera Nucifera

    Hola soy psicóloga y no considero sea una catarsis, el libro como narrativa y estilo de escritura es una obra de arte sin duda alguna, pero el contenido es totalmente misógino, maltrato a costa del amor de una mujer, cumple todo los requisitos del estereotipo del amor romántico, aunque debe considerarse el momento histórico en que fue escrito. Nadie dice que Cortazar sea el personaje, pero su egocentrismo tan exacerbado deja mucho que pensar., ya que es una de las principales características de los hombres misóginos.

    • Magdalena Magdalena

      ¡Hola! Muchas gracias por leerme y muchas gracias por comentar. ¿Consideras que Cortázar era un egocéntrico? Cuanto más lo leo y más lo escucho, pienso que no. Y que tampoco era un misógino. Él mismo habla de su experiencia al escribir Rayuela, reconoce el machismo en Oliveira, y reconoce lo mucho que cambió él mismo, Cortázar, con el paso de los años. Es interesante leer su punto de vista de Rayuela, añales después de haberlo escrito.

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