Saltar al contenido

De la palabra namasté…

No crean que soy experta en sánscrito ni nada de eso. Pero la palabra namasté, que generalmente se usa de despedida en el yoga, se me hace súper bonita y poderosa. 

Como el sánscrito es un idioma cuyas sílabas (¿o fonemas? ¿o qué diría un lingüista?) representan conceptos –no objetos–, una misma palabra puede tener varios significados. 

Pero básicamente el namasté significa “me inclino ante ti”. O por lo menos es el sentido que yo he adoptado. 

Agradecer y postrarse en yoga, más allá de estar adorando algo externo, fuera de nosotros, es un agradecimiento que hacemos hacia nosotros mismos, a nuestra práctica de yoga, a nuestro cuerpo sano y fuerte, a la mente que aguantó vara; y la postración, es básica y necesaria para el ego: al postrarlo, hay una intención diaria de humildad. Y después la palabra, de preferencia articulada: namasté. Me inclino ante ti. Me inclino ante el otro. Me reconozco en ti. “Me amo en ti”, dice mi maestro Fredy.

Ya para clavarnos un poquito en la textura, leí que Ram Dass cosechó el significado de “la luz divina en mí se inclina ante la luz divina dentro de ti”. ¿A poco no se les hace súper poderoso? Bueno, a mí sí… 

Gracias por leer hasta aquí.

Namasté.

Imagen de dae jeung kim en Pixabay

Comparte:
Publicado enBlog

Sé el primero en comentar

Deja un comentario